El despido es una de las situaciones más complejas a las que se puede enfrentar cualquier trabajador. Pero cuando, además, ese despido es improcedente, el trabajador cuenta con derechos que es fundamental conocer para poder defenderse de manera efectiva.
En este artículo, vamos a explicarte qué es un despido improcedente, cuáles son tus derechos si te encuentras en esta situación y qué pasos debes seguir para defenderte de forma adecuada.
¿Qué es un despido improcedente?
Entiendo, voy a mejorar la explicación manteniendo el rigor jurídico y haciéndola más accesible:
¿Qué es un despido improcedente?
El despido improcedente ocurre cuando la empresa no puede justificar de manera adecuada las razones del despido o cuando no cumple con los pasos legales que exige la ley para despedir a un trabajador. En otras palabras, es un despido que no cumple con la normativa y que, por lo tanto, no es válido desde el punto de vista legal.
En España, el Estatuto de los Trabajadores regula los tipos de despidos y establece que, para ser procedente, un despido debe cumplir con ciertos requisitos:
- Existencia de causas justificadas: El empleador debe tener una razón válida para despedir al trabajador. Esta razón puede ser objetiva (como problemas económicos de la empresa) o disciplinaria (como una falta grave cometida por el trabajador).
- Cumplimiento del procedimiento legal: Además de justificar el despido, la empresa debe seguir un proceso establecido por la ley, como entregar una carta de despido que explique claramente las razones y detalles del despido.
Derechos del trabajador ante un despido improcedente
Si un juez declara que el despido es improcedente, el empleador tiene dos opciones: reincorporar al trabajador o indemnizarle.
- Reincorporación al puesto de trabajo: El empleador puede optar por readmitir al trabajador en su puesto, manteniendo las mismas condiciones laborales y salarios que tenía antes del despido. Además, el trabajador tendrá derecho a los salarios de tramitación, es decir, los salarios correspondientes al periodo transcurrido desde el despido hasta la readmisión efectiva.
- Indemnización: Si el empleador decide no reincorporar al trabajador, deberá abonarle una indemnización económica. Esta indemnización se calcula tomando en cuenta los años de antigüedad del trabajador en la empresa y se establece como 33 días de salario por año trabajado, con un máximo de 24 mensualidades. Cabe destacar que, para contratos firmados antes del 12 de febrero de 2012, la indemnización puede ser de 45 días de salario por año trabajado hasta esa fecha, y luego de 33 días hasta el momento del despido.
En el caso de los representantes de los trabajadores (delegados sindicales, miembros de comités de empresa, etc.), tienen el derecho a elegir entre la readmisión y la indemnización, en caso de que el despido se declare improcedente.
Pasos a seguir ante un despido improcedente
Si consideras que tu despido ha sido improcedente, es importante que sigas una serie de pasos para proteger tus derechos de la mejor manera posible.
1. Solicita la carta de despido
Lo primero que debes hacer es solicitar la carta de despido, un documento que debe especificar claramente las causas del despido y la fecha en la que tiene efecto. Este documento es esencial para analizar si las causas alegadas por la empresa son suficientes para justificar el despido o si, por el contrario, puedes considerarlo improcedente.
Es fundamental que firmes la carta de despido con la expresión “No conforme”. De esta forma, evitarás que tu firma sea interpretada como una aceptación de las razones del despido.
2. Presenta una papeleta de conciliación laboral
El siguiente paso es presentar una papeleta de conciliación laboral. Este documento se presenta ante el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación (SMAC) de tu comunidad autónoma. La presentación de esta papeleta es obligatoria antes de interponer una demanda judicial, y tiene como objetivo intentar llegar a un acuerdo con la empresa para evitar el juicio.
El plazo para presentar la papeleta de conciliación es de 20 días hábiles desde la fecha del despido. Durante este proceso, ambas partes pueden llegar a un acuerdo, como la readmisión o el pago de una indemnización, sin necesidad de recurrir a los tribunales.
3. Interponer una demanda judicial
Si no se llega a un acuerdo durante la fase de conciliación, el siguiente paso es presentar una demanda ante el Juzgado de lo Social. Al presentar la demanda, el trabajador solicita al juez que declare el despido como improcedente, lo cual llevará a un proceso judicial en el que se evaluarán las pruebas presentadas por ambas partes.
En este juicio, la empresa deberá demostrar que el despido se ajusta a la normativa vigente y que las causas alegadas son reales y justificadas. Si no consigue probarlo, el juez emitirá una sentencia declarando el despido improcedente.
4. Asesoramiento legal
Contar con el asesoramiento de un abogado laboralista es fundamental para garantizar que se sigan todos los procedimientos de forma correcta y para defender tus derechos de la mejor manera posible. Un abogado especializado en derecho laboral puede ayudarte a redactar la papeleta de conciliación, presentar la demanda y defenderte en el juicio.
Importancia de actuar dentro del plazo
Es fundamental actuar con rapidez si consideras que tu despido es improcedente. Como mencionamos anteriormente, el plazo para presentar la papeleta de conciliación es de 20 días hábiles desde la fecha del despido. Si no actúas dentro de este plazo, perderás la oportunidad de impugnar el despido y reclamar tus derechos.
Durante este periodo, es importante reunir toda la documentación relevante, como la carta de despido, contratos, nóminas y cualquier otro documento que pueda ser útil como prueba durante el proceso judicial.
¿Qué ocurre si no actúas ante un despido improcedente?
Si no impugnas un despido que consideras improcedente, el despido se considerará válido, y perderás la oportunidad de reclamar una indemnización o la reincorporación a tu puesto de trabajo. Además, no podrás acceder a los salarios de tramitación ni a los derechos adicionales que otorga una declaración de despido improcedente.
Por este motivo, si tienes dudas sobre la validez de tu despido, es fundamental actuar lo antes posible y buscar asesoramiento profesional para evitar que el plazo legal expire.
Diferencias entre despido improcedente y despido nulo
Es importante no confundir el despido improcedente con el despido nulo. Un despido nulo es aquel que vulnera derechos fundamentales del trabajador, como puede ser el despido durante el embarazo o en casos de discriminación. Cuando un despido se declara nulo, la empresa está obligada a reincorporar al trabajador de inmediato y a abonarle los salarios de tramitación.
En el caso del despido improcedente, la empresa tiene la opción de readmitir al trabajador o indemnizarle, mientras que en el despido nulo no existe esa elección: el trabajador debe ser readmitido.
En conclusión, un despido improcedente es una situación difícil, pero conocer tus derechos y los pasos a seguir puede marcar la diferencia entre perder tu empleo sin más o recibir una indemnización justa o incluso ser reincorporado. Recuerda que el plazo para actuar es de 20 días hábiles, y que contar con el apoyo de un abogado especializado puede ser fundamental para defender tus derechos de forma adecuada.

